Rosa Benito vuelve a los escenarios de Mediaset después de un intento de suicidio. Después de que la cuñadísima de la Jurado fuera arrojada a los pies de los caballos día sí y día también en el plató de Sálvame, la colaboradora decidió meterse entre pecho y espalda un buen bote de pastillas con el objetivo de quitarse de en medio. Amy me libre de opinar sobre el intento de pasar a mejor vida de la madre de Chayo, pero la historia del folclore y el faranduleo está llena de quiero y no puedo estirar la pata. Si de verdad quieres saludar a San Pedro o reencarnarte en un gusano, según sea tu religión, cúrratelo un poco más y tírate de un ático o hazte un relaxing café con arsénico. Los que somos hijos de la vida sabemos que atiborrarse de pastillas es una mariconada propia de cualquier festival de música, postureo puro vamos. Rosa se cree muy trendy, muy early adopter y muy visionaria en eso de llamar la atención fallar en su intento de suicidio, pero en USA están asqueados de que Good Morning America abra cada día con alguna celebrity que se ha tomado un cóctel con todo lo que había en el botiquín. Recordemos como Britney Spears intentó colgarse con una sábana en el cuello o como Angelina Jolie contrató a un sicario para que le volara la cabeza. Lo de Rosa es peccata minuta. Pero, no hace falta irse muy lejos para encontrar casos similares al ocurrido con la peluquera, España está llenito de intentos de suicido trash:
En 2004, Tamara-Ambar-Yurena ingirió 16 tranquilizantes acompañados de unos buenos lingotazos. Para los que no hayan estudiado Ciencias, es importante que seáis conscientes que es más fácil morir si te dan con una caja de diazepam en la cabeza que ingiriendo dicho fármaco de forma descontrolada. Se comenta, se rumorea, que la cantante de No Cambié se puso tacones y bien maqueada para que cuando llegara el Samur se la encontraran bien mona. Bravo, eso es un artista que piensa en su público.
Todos recordamos el momento de Raquel Mosquera con un brote psicótico desde la ventana del López Ibor, maravilla pop de la historia de España. Pero podemos decir que este principio de locura ha sido el mejor momento de la peluquera, la famosa de medio pelo es una experta en eso de quitarse la vida. En anteriores ocasiones la mujer pegada a unas extensiones habia intentado irse al otro barrio cortándose las venas o ingiriendo barbitúricos. Aunque su best moment fue cuando intentó suicidarse bebiéndose el suavizante de la ropa, muy low cost. Si fuera el Brand Manager de alguna marca de suavizante la contrataría con los ojos cerrados para protagonizar un anuncio: “Lo que no mata, limpia”.
Aramís Fuster protagonizó el mejor intento de suicidio ever de la historia de este país y probablemente del mundo. Aramís protagonizó un intento de suicidio retransmitido por el mítico programa Aquí no hay Tomate. Pero la vidente no tuvo bastante con ingerir 70 pastillas y autoinyectarse cuatro pinchazos de insulina (si no me muero, al menos seré diabética, debió pensar), sino que intentó llevarse por delante a su madre y a sus gatos. Con dos cojones: “Aquí se muere hasta la perra”.
Es cierto que la historia del pop está llena de personajes cuya muerte ha dado más que hablar que su vida gracias a su desaparición en extrañas condiciones. Todos recordamos a la playboy Anna Nicole Smith que murió ahogada en su propio vómito, después de ingerir más medicamentos que una hipocondriaca con trastorno obsesivo compulsivo, o a Erika Ortiz que la lió parda con la carta que dejó. El pop es tan absolutamente frívolo que convierte la muerte en leyenda y la vida en lentejuelas de colores, pero lo que no saben estos famosos de segunda es que Madonna pretende vivir cien años como mínimo y morir tranquilamente, ella es la Reina del Pop y pone las normas del juego de la eternidad.
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